“Je vois la vie en rose”

Nunca he entendido los “días de” día del chocolate, día de la amistad, día del cáncer de lo que sea… ¿Qué pasa? ¿Que el 19 de octubre nos preocupamos más? ¿Investigan más? ¿Se hacen más mamografías? Imagino que alguna Impaciente se habrá ido a hacer aquella revisión que tenía pendiente gracias a tanta turra. Así mirado, merece la pena.

Me encantan el rosa y los lazos, se los planto en la cabeza a Misprincesas en cuanto las pillo desprevenidas. Pero no me gustan las campañas del lazo rosa en la solapa, me chirrían. Me declaro (además de cursi) totalmente ignorante en el tema, a lo mejor una de ellas ha financiado mi ensayo vendiendo pintalabios y, gracias a ellos, yo estoy escribiendo esto tan inconexo, pero es como me hace sentir: tanta lucha, tanta guerrera, tanta cicatriz, tanta gente dándote la enhorabuena ¿en serio? Casi preferiría que me dieran el pésame.

Porque no, contra el cáncer no se “lucha”. No “vamos a la guerra”. Nadie le quiere “plantar cara”. No se “tira la toalla”. ¿Esto quiere decir que las que fallecen son unas flojas? ¿Que no han “peleado” lo suficiente? ¡Anda ya!
¿Qué hay días que sientes que ya no puedes más y quieres mandar todo la freír monas? Por supuesto. ¿Y quién no?

O a lo mejor sí, sí que hay una guerra, pero no es contra un bicho, es contra uno mismo: para salir a andar cuando te encuentras fatal, para comer un poco más cuando no tienes hambre, para forzar esa sonrisa que no sale, incluso para salir a cenar. Cuando tiro de mí y lo hago, me siento Superman por haberlo hecho y por lo que me ha costado (y generalmente porque me lo he pasado genial) aunque es agotador.
Pero como todos en algún momento ¿o no? Porque yo no me considero mejor o peor .……………. (rellénese según convenga) por tener cáncer. Si tuviera no sé, neumonía crónica ¿sería distinto, Doctor Cortés?

Sí, sería distinto, muy distinto. En ningún caso veríamos escrito en un periódico “está luchando contra un ictus” o “perdió la batalla contra una neumonía”.

El cáncer no es un agente externo, forma parte de nosotros, somos nosotros. Algunas de nuestras células se han vuelto más egoístas, han perdido el norte y necesitan un tratamiento.

Y los dueños de estas células son Impacientes, no guerreros. ImPacientes con días buenos, días malos y regulares. ImPacientes a veces más alegres y a veces más tristes. ImPacientes tranquilos, nerviosos, confiados o cabreados. ImPacientes que incluso pasan por todos estos estados de ánimo durante el proceso.

Hay muchas maneras de vivirlo, tantas como Impacientes. Y todas son válidas.

Si te sientes bien, estupendo. Si no es así, háblalo con tu especialista. Pero lo más importante, no te sientas culpable por no tener “ganas de luchar”. No hay ningún estudio que vincule el estado de ánimo con el pronóstico de la enfermedad o la eficacia de los tratamientos.