“¡Salta! ¡Salta conmigo!”

Antes de que me maticen y me regañen, os cuento que en todos estos años que he pasado por 4 quimios diferentes, los síntomas más o menos comunes con más o menos intensidad han sido:

* La primera vez me desesperé: Me dijeron que en 4 días ya estaría bien y 4 se convirtieron en 7. Te darás cuenta el primer ciclo de cómo te sentarán los siguientes. Y suma algún día a los oficiales, no estamos acostumbradas a encontrarnos mal y volver al 100% cuesta.

* He tenido muchas náuseas. Esa sensación de revoltijo constante, que no sabes si estás pa expulsar o pa ingerir. Las que hayan tenido embarazos malos sabrán de lo que hablo.

*Al principio tenía la sensación de tener una Matilde aplastada encima de mí, como si me hubiese pasado un camión por encima. El sofá y yo éramos uno, hasta Netflix me preguntaba si seguía viva.

* Del pelo ya hablamos el otro día (continuará)

*Hormigueo en las manos o en los pies, es raro.

* El agua sabe rara, como cuando vas al dentista. Échale limón.

* No tienes hambre, pero hay que comer. Pide tuppers de cosas fresquitas y ligeras que te apetecerán más. Curiosamente esos días el cuerpo no te pide porquerías

* Humor de perros.

* A mi casi todos los síntomas se me pasaban (se me pasan), atenuaban, incluso olvidaban si estaba entretenida: si venían a verme y me traía el Hola! o la receta del gazpacho de remolacha (en contra de mi voluntad, recordad que somos el Grinch) me llamaban por teléfono o me sacaban a tomar un zumo de tomate.

* En cuanto te dan la primera sesión y ves a lo que juegas, las siguientes son mucho más llevaderas

Aunque ya hemos aprendido que hay muchos tipos de quimios y toxicidades, que cada Impaciente es un universo y que nunca llueve a gusto de todos, la Dra. María Fernández Abad cofundadora de Oncare, nos explicará el porqué de los principales síntomas y cómo lidiar con ellos.

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen fundamentalmente de tipo de tratamiento que estemos utilizando y si los damos por separado o hacemos combinaciones.

Debéis ser conscientes de que la intensidad depende también de cada persona, no a todo el mundo le afecta igual el mismo tratamiento. También es importante saber que la eficacia de los tratamientos es independiente de si has tenido más o menos efectos secundarios.

Cierto es, como los que os ha descrito Matilde, que hay algunos que son comunes Generalmente en la consulta vuestro oncólogo os habrá explicado que la aparición de los síntomas suele ser gradual.

En los primeros días es cuando se suele notar más el cansancio y malestar gástrico como náuseas, vómitos o quemazón en el estómago.

TIPS: Importante asegurar una correcta hidratación; realizar comidas de escasa cuantía varias veces al día (ayuda a disminuir la sensación nauseosa y evitamos la pesadez en el estómago); muchas frutas y verduras; evitar comidas con grasas o precocinadas o muy dulces. No importa si la ingesta se reduce en estos primeros días pronto se va a recuperar y hay que comer alimentos que nos resulten agradables, sin forzarse. Y desde luego vuestro oncólogo os habrá prescrito fármacos para evitar náuseas y vómitos como metoclopramida, ondansetrom, aprepitant… que hay que tomar según las recomendaciones en cada caso.

*Importante! puede alterarse la percepción de los olores, nuestra colonia preferida puede ser incluso un desencadenante para las náuseas, por eso es recomendable evitar los olores fuertes.

Evitar la ropa ajustada, el consumo de alcohol, tabaco y bebidas con gas. La piña natural, chupar caramelos blandos sin azúcar y chicle sin azúcar con xilitol puede ayudar a estimular la producción de saliva haciendo más agradable la comida posterior.

Y frente al cansancio aparte de cuidar la alimentación e hidratación, aunque os pueda llamar la atención, es fundamental el EJERCICIO FÍSICO. Desde luego que en este momento puede suponer un esfuerzo muy considerable, pero está demostrado que las Impacientes que realizan ejercicio de forma regular durante el tratamiento tienen menos cansancio y duermen mejor. La intensidad dependerá de cómo te encuentres, aumentándolo de forma progresiva siempre que sea posible y el horario dependerá de cada uno, pero hay que elegir el momento en el que suele haber más energía que generalmente coincide con la mañana. Es importante mantener una rutina diaria y también ser consciente de las limitaciones que puede tener cada uno, no culparse por ello y buscar asesoramiento y ayuda cuando se necesita.

Otro de los efectos secundarios habituales es ese hormigueo que en la consulta solemos referir como neuropatía, se debe al efecto de la quimioterapia sobre las pequeñas terminaciones nerviosas que controlan la sensibilidad y que afecta sobre todo a manos y pies. Depende de la intensidad puede notarse como una pequeña sensación de pérdida de sensibilidad, otras veces sensación como de pinchazos o quemazón y es importante decírselo a tú médico ya que en ocasiones puede hacerse más intenso y algunos pacientes presentan dificultad para abrocharse los botones de la camisa o para sujetar correctamente un vaso.

TIPS: Se han hecho múltiples investigaciones para paliar este efecto secundario sin un gran éxito, el tratamiento cuando aparece es farmacológico con la intención de aliviar el síntoma. Mejora con la interrupción del fármaco pero en algunos casos persiste durante mucho tiempo, incluso de manera crónica sobre todo si se ha tenido este efecto secundario de forma muy intensa. De forma preventiva se ha comercializado unos guantes fríos para las manos que disminuyen la concentración de la quimioterapia ahí y que pueden disminuir la gravedad de este efecto.

Otro de los efectos habituales y sobre el que siempre insistimos es la bajada de las defensas, el descenso de los neutrófilos suele ocurrir como normal general entre el 7º y 12º día tras la quimio y su manifestación más habitual es la fiebre >38ºC. Importante si hay fiebre y se está recibiendo un tratamiento con quimioterapia hay que acudir a valoración por un médico.

TIPS: El ejercicio ha presentado en ciertos trabajos disminuir la bajada de defensas.

Y como Matilde nos decía, el mantener una vida física y social activa ayuda a disminuir la percepción de los efectos secundarios producidos por la quimioterapia.