Blog

No es sólo pelo

No es solo pelo
El sitio de las im-pacientes

No es sólo pelo

Me vas a dejar acariciar… tu pelo

Ay el pelo…en cuanto oyes la palabra cáncer lo que más miedo te da es quedarte calva. Luego, ya si eso, caes en que a lo mejor te mueres.
Confirmo con el Dr. Cortés que es la primera pregunta que hacemos el 99% de las Impacientes cuando nos dan la alegría de la quimio. Yo llegué a pedir otra que durara más, que vomitara más pero que dejara mis 4 pelos en paz. Porque nadie está contento con su pelo, el que lo tiene liso lo quiere rizado y el que tiene mucho quiere menos. Hasta que te dicen que se te va a caer, y ¡oye! ya te gusta. Qué cosas.

Luego siempre hay alguien bienintencionado que te dice “Bueno, es solo pelo” o “El pelo crece” y tú lo quieres matar. Porque no, no es solo pelo, es una parte de ti. Como os conté, cuando me hicieron la mastectomía no sentí “que me quitaran nada”. Como mucho si me das un abrazo rebotarás, pero no sabrás a ciencia cierta porqué.
En cambio quedarte sin pelo es un estigma. Estás vendida. El que aún no se había enterado, ya sabe que tienes cáncer y te miran distinto. O tú así lo sientes.

¿Y qué hice yo?

He pasado por ese momentazo dos veces y no descarto una tercera.

Primero: Me corté el pelo nada más recibir el notición, pensé que cuando empezara a crecer tardaría menos en volver a sentirme yo. Nunca lo había llevado tan corto, no me gustaba. Me fui a ver a Enrique de CabelloR, elegimos una peluca cortita monísima y me hizo un corte similar.

Después: Hice un llamamiento a mis amigas estilosas que vinieron raudas y veloces llenas de pañuelos y de ideas para colocarlos (yo tengo muy poca gracia, me dejaba las orejas por fuera)

A las 2 semanas, ni un día más ni un día menos de lo pronosticado, me quedé con un mechón en la mano. Llamé a mi amiga Begoña, nos fuimos a ver a Enrique que me rapó y me enseñó a colocarme la peluca. Cero aspavientos, cero dramas, salí con mi ratoncillo en la cabeza y oye…ni tan mal. Me repito más que el ajo, pero como me suele pasar, fue menos malo de lo que pensaba. Además, llega un momento en el que quieres que pase esa agonía cuanto antes.
*(Curiosidad: el pelo se cae de TODO el cuerpo, de abajo a arriba para más señas)

¿Y luego? Pues te acostumbras, como a todo. A la peluca, a los pañuelos, a verte pelona y a las miradas compasivas.  Para mí la peluca es como un tanga no notas que lo llevas, pero estás deseando llegar a casa para quitártelo.

Con todo y con eso, tiene sus cosas buenas que os paso a enumerar:

  • Siempre vas peinada, una pasada al ratoncillo y listo
  • Ducharte y sentir el agua en el melón, mola.
  • El ratón se lava una vez al mes, más o menos.
  • Ahorra una pasta en pelu y tintes.
  • Los labios rojos quedan fenomenal.
  • Y sí, el pelo crece. En cuanto dejan de darte la quimio sale una pelusilla pinchosa y a los 3-4 meses ya te puedes despelucar dignamente.

Almudena Narváez Psicooncóloga de Oncare nos va a explicar por qué “No es solo pelo”. Aunque crezca.

La alopecia provocada por muchos tratamientos de quimioterapia es una de las señas de- identidad y de estigma del cáncer. Muchas veces es la propia alopecia es la que hace ser consciente tanto al Impaciente como a su familia y contexto social, que existe una enfermedad.

Asimismo, provoca cambios en la imagen corporal y la propia imagen de los Impacientes empeora. Es algo visible y forma parte de “nuestra carta de presentación”. Por todo esto no es “solo pelo” y provoca muchas veces tristeza, dificultad en la adaptación a la enfermedad e incluso algún síntoma de ansiedad cuando empieza a caerse.

Una manera de prepararnos para disminuir el impacto emocional, es hacer aproximaciones sucesivas o hacerlo de manera escalonada: Buscar información y sitios donde hagan pelucas y pañuelos; Decidir donde lo vamos a hacer; Cortarnos el pelo puesto que es más llevadero ver como se cae cuando tenemos el pelo más corto y nos ayuda a hacernos a la idea de una nueva imagen.

Una vez que empieza a caerse, recomendamos no esperar y raparnos del todo. El impacto emocional es menor así. Podemos hacerlo en nuestra peluquería de toda la vida, en casa, en la tienda de las Pelucas…

Tenemos que dar un espacio a las emociones que provoca, entenderlas y afrontarlas para poder mirarnos más tranquilamente en un espejo y presentarnos de nuevo a los demás.

Pide cita

  1. Pide cita llamando al
    661 88 94 18 - 912 878 564.
  2. Nuestros profesionales te asistirán en tu consulta y realizarán una valoración clínica.
  3. Te aconsejaremos sobre nuestros programas y planes.