“Hoy, hace un año…”

Hace un año, paseando por aquí, tuve una idea pequeñita: contar lo que me pasaba y El Sitio de las Impacientes empezó a tomar forma.

Pero esa idea pequeñita se quedaba coja, necesitaba saber por qué me pasaba. A pesar de llevar muchos años en esto, siempre he salido de las consultas con la sensación de que me faltaba algo: preguntas que me daba vergüenza hacer o me parecían tontas, al lado de la montaña de información tan importante e imponente que me estaban dando.

El Sitio de las Impacientes no nació con vocación de nada, soy consciente de que mi Expertise vende poco. Surgió cuando iban a ponerme un Reservorio o Port-a-cath y me vi como loca buscando en Google qué me iban a hacer (fatal, de primero de Impaciente) pero no me valía que se tratara de “un acceso venoso central de larga duración, que cuenta con un reservorio subcutáneo de titanio con una membrana de silicona…” lo que yo quería saber era cuánto iban a tardar, si me dolería, qué iba a sentir con eso ahí dentro. Y mientras estaba en la mesa de operaciones, tenía mucha curiosidad por lo que (me) estaban haciendo mientras hablaban de sus vacaciones. Ahora que está tan de moda, me he dado cuenta de esta información nos empodera como Impacientes: saber qué nos va a pasar en cada momento nos hace ir más tranquilos y sentir que controlamos algo, no que vamos como peonzas zombies del PET al TAC.

Este año he aprendido un montón: desde porqué no se puede ir desayunada a un TAC (lo llevo fatal) a subir una story en Instagram. He hablado de tú a tú con médicos que me han reconocido que no habían caído en algunas de mis tonterías (“nunca se me habría ocurrido decirle a una Impaciente que venga sin cinturón”) y con Impacientes que se reían recordando lo difícil que es quitarse los pendientes con una vía puesta. He resuelto dudas que hacía 5 años que no sabía que tenía, he recordado otras, he revivido momentos muy bonitos y bastante feos, he validado un montón de pensamientos y emociones y he redescubierto lo mucho que me gusta escribir.

Este año repito foto y fotógrafa (gracias @rociobarroso_), Misprincesas están más altas, yo tengo más pelo (ay el pelo…), mejor cara, mismos miedos e inquietudes, pero más experiencia y herramientas para superar los revolcones y sustos que nos da esta enfermedad. También esperanza en que, mientras yo escribo esto, encuentren una medicina que me cure para siempre

Seguiremos contando los pasos que nos hacen dar y las piedras que yo me he encontrado en el camino, que son tan poco originales como las vuestras. Aceptamos todo tipo de sugerencias y, sobre todo, os deseamos un tranquilo y feliz curso.