“Paso a paso. Paso a paso”

Cuando echo la vista atrás, una de tantas cosas que me llama la atención es como debuté en esto de la Im-paciencia.

Repaso etapas: Diagnóstico, mastectomía, segundas y terceras opiniones, quimio (y su pelo, o mejor dicho no-pelo), consejo genético, genética chunga, recomendación de mastectomía y anexectomía profiláctica, un ganglio que decide inflamarse sin avisar, listas de espera, me da por opositar, suspendo como era de esperar y, encima, cumplo 40. Todo compactado en 10 meses.

Me recuerdo como un perrillo en el agua tratando de mantener la cabeza fuera. A mi alrededor todos se maravillaban de lo bien que estaba, lo bien que lo llevaba y yo solo pensaba que no tenía mérito. No había otra forma de hacerlo, al fin y al cabo, tenía mucha suerte, yo estaba bien.

En enero falleció Bimba Bosé y se me vino el mundo abajo. Como si hubiera muerto una amiga querida (sobra decir que la única vez que la vi fue en Las Ventas cantando, a voz en grito –yo- “Como un lobo” junto a Miguel Bosé –ella-) y empecé a sentir una angustia y una congoja como no había experimentado antes. Y me dio tanta rabia…con lo bien que yo estaba, con lo bien que lo llevaba y ¿¡¡10 meses!! después se me caen los palos del sombrajo? ¿Pero esto qué es?

Supongo que las cabezas tienen sus tiempos para encajar las piezas del puzle. Almudena psicóloga y yo fuimos al mismo colegio, donde nos daban un filete con una textura parecida a la de una suela de zapato, símil a que recurre cuando me llevo alguna colleja que no termino de encajar con elegancia (llorando a moco y baba). Hay que masticar mucho, pero mucho-mucho, porque si no se hace bola y más tarde o más temprano lo echas. (O lo que es lo mismo si no explotas, implotas que me decía mi otra queridísima Ana Eva psicóloga. Viva la terapia y las terapeutas). Como tantos otros sapos que tenemos que tragarnos a lo largo de la vida.

Y está bien y así tiene que ser y mira que fastidia (por no escribir otra cosa). Fastidia casi tanto el no estar bien como el tener reconocer delante de los demás que no lo estás. Pero eso nos da para otra entrada (o tres)

Almudena Narváez, psicooncóloga de Oncare: El diagnóstico de cáncer provoca un gran impacto emocional, un shock que hace que no creamos lo que estamos viviendo. Desde esa primera reacción entramos en numerosas pruebas médicas, tratamientos, informaciones, consultas, etc. todo un “mundo médico” que no deja espacio a lo que nos está pasando emocionalmente. Encontrarnos tristes y asustados después de los tratamientos es normal y hace que muchos pacientes nos pidan una cita después de toda esa vorágine.

También es muy frecuente que esta reacción aparezca al cabo de un tiempo, asociada a algún acontecimiento, como noticias sobre personas cuya enfermedad ha sido contada públicamente: cuando alguna empeora o muere, tenemos un aumento significativo en la demanda de nuestras consultas o los pacientes acuden más tristes, con más miedo y ansiedad. Lo llamamos “Proceso de identificación”: sentimos que nos va pasar lo mismo y que si ellos (con todos sus recursos) están en un mal momento, nosotros también lo estaremos. Tenemos que diferenciar el cáncer y saber que cada diagnóstico, tratamiento y paciente son distintos.

Hay que darle espacio y trabajar toda esa parte emocional porque nos ayudará a seguir andando de una manera más sana y con mayor calidad de vida. Sino, volverá a aparecer hasta que le hagamos caso.

Es muy importante no sentirnos culpables por tener esas emociones tarde, o cuando “no toca”. Es normalísimo, aunque nuestro mundo (o nosotros) no entienda “por qué ahora”. Sigue existiendo la falsa creencia de que al cáncer hay que afrontarlo siendo positivos, sin llorar, sin miedos. Esto es IMPOSIBLE y hace que no nos guste y nos fastidié vernos y que nos vean así. Es lo que llamamos “La tiranía del pensamiento positivo”: Suficiente esfuerzo supone per se una enfermedad oncológica, como para añadir heroicidades que poco o nada tienen que ver con un buen afrontamiento.

Tenemos que llorarlo, contarlo y desde ahí iremos dejando sitio a recursos y estrategias que nos harán ir disminuyendo esa tristeza y esa angustia para sentirnos más tranquilos y entender lo que nos ha pasado.

#fuckcancer #masinvestigacionymenosrosa #vivalaterapiaylosterapeutas  #elsitiodelasimpacientes #impaciente